Los envases flexibles verticales: un embalaje cada vez más …
Los envases flexibles verticales: un embalaje cada vez más apreciado por la industria agroalimentaria.
Markem – Imaje analiza un mercado en expansión y propone las soluciones ideales de marcaje y codificación.
Con un billón de unidades al año, la producción de envases flexibles está en auge desde principios de siglo; y según un estudio de Euromonitor, aumentará hasta en un 3,1 % hasta el año 2014. “Hay una grandísima variedad de envases flexibles”, cuenta Pascal Brevier, jefe de mercado de Markem-Imaje. “Films de plástico, transparentes, de aluminio, multicapas de varios sustratos como aluminio, plástico o papel, etc. Pero el desarrollo más espectacular adopta la forma de bolsa vertical flexible – denominada stand-up”, comenta Brevier.
Una “success story” que se inició en los años sesenta cuando Louis Doyen, Director General de la empresa de máquinas de coser Thimonnier, inventó la Doypack®, una bolsa que se mantiene de pie. Los industriales tan sólo desarrollaron el potencial de este nuevo envase unas décadas más tarde, cuando la patente pasó a ser de dominio público.
Las ventajas
Inicialmente compuesto únicamente de plástico, el envase vertical flexible se ofrece hoy en versión de aluminio multicapas, una innovación que ha contribuido a dar un nuevo impulso al mercado. El envase de plástico era muy apreciado por la industria de los productos de limpieza, que lo proponía como recarga. Hoy en día, gracias a sus flexibilidad, ligereza y hermetismo, su versión de aluminio ha convencido a la industria agroalimentaria y de las bebidas, que la utilizan para snacks como patatas fritas y frutos secos, compotas, café, platos preparados, pescado congelado, comida para mascotas, zumos de fruta, entre otros.
“El envase “stand-up” supera el envase flexible tradicional, ya que además de ser más vistoso, presenta varias otras numerosas ventajas,” analiza Pascal Brevier. “Es más ligero que la lata (el 3% del peso del producto rellenado contra el 20%), y resulta más barato de transportar, además de generar menos residuos. Al ser de rápida esterilización, ofrece una mejor conservación de vitaminas y minerales y protege mejor el contenido contra el oxígeno, la humedad y la luz,” concluye Brevier.
Codificación del envase flexible: ¿antes o después?
Hay dos tecnologías para marcar estos envases: la transferencia térmica y la proyección de tinta. “Todo depende del modo de producción”, explica Pascal Brevier. “Para imprimir antes del rellenado, se impone la transferencia térmica: el codificador se integra entonces en la máquina de envasado.”
El codificador ideal pre – envasado sugerido por Markem – Imaje es el SmartDate X40, que gracias a su cabezal de impresión inteligente garantiza una impresión perfecta sobre este tipo de embalajes, ya sean filmes, bolsas, bandejas, estuches, bolsitas o envases al vacío, sin importar que estén hechos de láminas poliméricas o de aluminio. Al estar optimizada para operar en entornos industriales exigentes, la SmartDate X40 se adapta perfectamente a procesos de producción continuos o intermitentes, con un marcaje rápido de gran capacidad de aceleración y desaceleración.
Si el cliente prefiere imprimir tras el rellenado, la impresión por proyección de tinta es una opción acertada, ya que no precisa ningún contacto con la bolsa y acepta sin problemas las variaciones dimensionales de unos milímetros debidos el rellenado. Markem – Imaje propone la impresora inkjet de pequeño carácter 9232, con velocidad de impresión de hasta 6,6 m/s, tamaño de carácter de hasta 32 puntos y un índice de disponibilidad de hasta un 99,6 %.
Tanto el SmartDate X40 como el inkjet 9232 tienen un coste de utilización global optimizado, un rendimiento superior y una garantía de hasta 18 meses.
Fuente: Markem – Imaje
ES-1782