Alimentos enlatados: eficiencia energética
Alimentos enlatados: eficiencia energética
Apeal, la Asociación de Productores Europeos de Envases de Acero, publica un artículo titulado: Alimentos enlatados, una elección responsable ante el reto actual de la eficiencia energética, que sintetizamos a continuación.
El cambio climático es uno de los problemas más graves a los que se enfrenta la Humanidad. Las alteraciones en el medio ambiente por actuaciones humanas son de tal magnitud que el futuro del mundo peligra. La Unión Europea trabaja para elaborar políticas que supongan cambios en los hábitos de consumo humanos que mitiguen las agresiones al medio ambiente, entre ellas la reducción del consumo global de energía.
Consumo de energía en los envases
La cadena de suministro del sector alimentario consume energía en todas sus fases, desde el campo hasta la mesa. Estos pasos incluyen cultivo, cosecha, procesado, envasado, transporte y almacenamiento. El reto es reducir el impacto medioambiental en toda la cadena de suministro, al mismo tiempo que se satisfacen las demandas de los consumidores sobre calidad, nutrición y variedad. Este último factor es muy importante pues si la variedad no existiera tampoco habría competencia y sin competencia no se lucharía por progresar en todos los aspectos, incluido el de consumo de energía.
Alimentos en lata, estudio comparativo
Los alimentos enlatados pueden constituir una buena elección por su calidad, comodidad y precio, y resultar una elección responsable cara al medio ambiente.
Una investigación llevada a cabo por la SCS de California, Estados Unidos, analizaba comparando la energía que consumían los sistemas de suministro de comida refrigerada, congelada y enlatada. En el estudio se cuantificaban las necesidades energéticas de cada uno de los pasos de la cadena de suministro con diversas combinaciones de procesado y envasado.
Se analizaron en la investigación las siguientes combinaciones de envasado y procesado:
– Productos refrigerados a granel, por ejemplo judías verdes, brócoli, espárragos, en cartón revestido.
– Productos refrigerados envasados en porciones como arándanos, frambuesas, en paquetes de PS y PET.
– Productos congelados envasados en bolsas de PEBD, como arándanos y judías verdes.
– Productos congelados envasados en líquido y cartón revestido, como espinacas y comidas precocinadas.
– Comida precocinada enlatada, con utilización de todo el contenido del envase, como sopa, ravioli, chile y tomates.
– Productos enlatados con líquidos, por ejemplo judías verdes, arándanos y pollo.
El estudio analizaba comparativamente el uso de energía en cada fase: cultivo, cosecha, procesado, envasado, transporte, almacenamiento para venta al por mayor y distribución al por menor, más la conservación y cocinado en los hogares.
El almacenamiento y transporte de los productos frescos y congelados son dos de las fases que más peso tienen en el consumo energético total. En el caso de la comida enlatada, la producción del envase es el capítulo más importante. Pero el ahorro energético en el resto de las fases contrarresta dicho efecto, obteniendo al final un balance positivo.
Las ventajas del enlatado son las siguientes:
Procesado. El consumo de energía para llevar a cabo el enlatado es mucho menor que el de los productos congelados.
Transporte. Gracias a su diseño compacto y apilable, es posible transportar más alimentos en un volumen reducido y con menor embalaje.
Almacenamiento. No necesita ningún tipo de sistema de refrigeración, y puede almacenarse a temperatura ambiente.
Preparación de la comida. Al tratarse de comidas precocinadas, la preparación de la comida precisa menos energía, exigen un calentamiento mínimo y pueden consumirse directamente desde la lata, como las judías verdes en ensalada.
Conclusiones
El estudio concluyó demostrando que la cadena de suministro de alimentos enlatados consume menos energía que las soluciones alternativas.
Bill Heenan, presidente del Instiuto Estadounidense de Reciclado del Acero, señaló: «Las latas de acero son el sistema más eficiente y práctico a la hora de llevar los alimentos hasta la mesa del consumidor. Además, ahora sabemos que aparte de ser el envase de alimentos más reciclable, las latas contribuyen a reducir la emisión de gases de efecto invernadero.»
Más información:
Fuente: IDE – Apeal Tel. +32 253 791 151 www.apeal.org
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