Cómo reducir la huella de carbono del embalaje
Cómo reducir la huella de carbono del embalaje
Todos, tanto seres vivos como objetos inanimados, dejamos una huella de nuestro paso por la Tierra. A lo largo de nuestro ciclo de vida consumimos recursos, y esto causa un impacto en el medio ambiente en forma de emisiones a la atmósfera. El embalaje, obviamente, no se libra de participar en esta rueda. Y una de las formas de calcular la repercusión medioambiental de su producción y su utilización es el concepto de huella de carbono del embalaje.
¿Qué es la huella de carbono del embalaje?
La huella de carbono de un individuo, organización, evento, producto o acción se determina en función de la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) que conllevan sus actividades, ya sea de manera directa o indirecta.
Esta medición toma en consideración diversos tipos de GEI, incluyendo vapor de agua, dióxido de carbono, metano, óxidos de nitrógeno, ozono y clorofluorocarbonos. Se expresa en unidades de CO2eq, es decir, de equivalente en dióxido de carbono.
Cómo se calcula la huella de carbono del embalaje
Para calcular la huella de carbono del embalaje hay que tener en cuenta las emisiones de GEI originadas a lo largo de su:
Producción, tanto de las materias primas que lo componen (papel, cartón, plástico…) como de su transformación en producto final, listo para la comercialización.
Transporte, de las materias primas a la fábrica, de esta al almacén, y de ahí al usuario.
Vida útil, distinguiendo el embalaje reutilizable del de un solo uso.
Reciclaje y gestión de los residuos en la última fase del ciclo.
Por qué tomar medidas para reducir la huella de carbono del embalaje
Reducir la huella de carbono del embalaje es imprescindible para luchar contra el cambio climático. El Center for International Environmental Law (CIEL) alerta en su estudio Plastic & Climate: The Hidden Costs of a Plastic Planet de que las actividades de producción, incineración y compostaje de plástico serán culpables de la emisión de más de 850 millones de toneladas métricas de CO2 en 2019 a nivel mundial. El equivalente a la polución generada por 189 centrales térmicas de carbón de 500 megavatios a pleno rendimiento durante todo el año.
Si la industria del plástico se mantiene en estos niveles en los próximos años -y las previsiones no son halagüeñas-, la comunidad internacional fracasará en su objetivo de atajar el incremento de la temperatura del planeta. No será posible mantenerlo por debajo de los 1,5ºC de media cara a 2050.
Reducir la huella de carbono del embalaje: ¿qué puede hacer tu empresa?
¿Hay algo que puedan hacer las empresas para evitar esta catástrofe?, te preguntarás. ¡Por supuesto! Existen una serie de medidas con las que podrás reducir la huella de carbono del embalaje que empleas en el empaquetado de tus productos:
1. Ajustar el tamaño del embalaje
Embalajes más flexibles y ligeros, cajas a medida, bolsas y sobres como alternativa… Estos son algunos de los cambios que puedes llevar a cabo para reducir el tamaño de tu embalaje. De esta manera:
Abaratarás la factura de tu proveedor de embalaje y controlarás el peso volumétrico de tus envíos. ¡Y eso se nota en la cuenta de resultados!
Minorarás el impacto medioambiental de tu packaging. A más minimalismo, menos gastos de producción, ¡y menos desperdicios!
2. Elegir la opción más sostenible para tu caso
¿Qué es mejor, cartón o plástico? Pues hemos de decir que no hay una respuesta absoluta, y que depende de cada caso. Para elegir con seguridad, deberías calcular la huella de carbono de cada producto concreto y, después, hacer una comparación con sus alternativas.
En líneas generales, podemos decir que:
Los envases de plástico ganan la partida cuando se reutilizan en decenas de ocasiones. Consulta las ventajas de los Envases Retornables de Transporte (ERT) para el almacenaje y el transporte de alimentos, medicamentos y piezas para la industria de la electrónica o de la automoción.
El papel y el cartón, sobre todo si son reciclados y reciclables, se erigen vencedores cuando hablamos de single use packaging. Recordemos cómo la Unión Europea ha declarado la guerra a los plásticos de un solo, prohibidos a partir de 2020. Además, los productores de papel y cartón se han tomado muy en serio el objetivo de rebajar las emisiones de GEI en sus procesos de fabricación. La European Federation of Corrugated Board Manufacturer (Fefco) ha anunciado recientemente que en 2018 consiguió recortar la huella de carbono del cartón corrugado producido por sus socios hasta los 538 kg de CO2eq por tonelada, un 11% menos que en 2015.
3. Tramitar una acreditación de compromiso con el medio ambiente
Las entidades verificadoras de la calidad son organismos independientes que pueden ayudarte auditando tus procesos, revisando la huella de carbono del embalaje y validando tu compromiso medioambiental.
RAJA® cuenta con la acreditación CO2zero, concedida bajo los criterios de la ISO 14064. Esto demuestra que nos preocupamos por compensar el CO2 que generamos en nuestro día a día; y que nos comprometemos a trabajar para emitir cada vez menos gases de efecto invernadero.
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