¿Cómo serán las bolsas del futuro?
¿Cómo serán las bolsas del futuro?
En un entorno legislativo que se dirige hacia la disminución de las bolsas de plástico de un solo uso, el Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística, ITENE, apuesta por el asesoramiento estratégico y normativo. Estratégico, en cuanto a dar a conocer a las empresas fabricantes las opciones de mercado con las que cuentan, y normativo, validando medioambientalmente las opciones con las que ya trabajan.
El pasado 20 de enero de 2009 se aprobó por el Congreso de Ministros el Plan Nacional Integrado de Residuos para el periodo 2008-2015. En él se establecen objetivos cuantitativos de prevención para las bolsas comerciales de un solo uso, disminución del 50% a partir de 2010 y calendario de sustitución de plásticos no biodegradables y prohibición progresiva en vigor en 2010.
Este tema es especialmente sensible en el caso de las bolsas comerciales de un solo uso. La industria asociada al mundo de las bolsas, en sus diferentes tipologías, materiales y soluciones, se encuentra en estos momentos ante importantes retos y ante diversas opciones.
En primer lugar, apostar por nuevos materiales. Una forma de hacerlo es con el uso de biopolímeros (materiales procedentes de fuentes renovables), como materia prima para la obtención de bioplásticos como material de envase, cuyo objetivo para tal fin reside en presentar características de biodegradabilidad y propiedades mecánicas apropiadas.
Según estimaciones actuales la utilización de los bioplásticos está fijada en 120.000 toneladas, lo que representa menos del 10%, de los plásticos convencionales procedentes del petróleo cuya utilización se estima en unos 20 millones de toneladas. Los plásticos consumen un 6% del petróleo y de éstos un 40% está dedicado al envase y embalaje.
Por ello, ITENE investiga para que las empresas tengan una alternativa con materiales renovables y biodegradables. Por poner un ejemplo, se habla mucho del almidón como material no proveniente del petróleo pero éste presenta una pobre resistencia mecánica. Desde el centro tecnológico se trabaja ya en la mezcla del almidón con otros productos como el poliéster. Esta mezcla ofrece como resultado unas bolsas más resistentes.
Y por otro lado, las compañías pueden optar por bolsas reutilizables con un mayor grosor. En este campo, ANAIP, la Asociación Española de Industriales de Plásticos, ha trabajado en una “Norma de Calidad” de una bolsa de polietileno, reutilizable hasta 15 veces, y que en su último uso pueda ser empleada como bolsa de basura y/o bolsa de envases para depositar en el contenedor amarillo. Con esta medida se podrían reducir sensiblemente el consumo de bolsas de plástico.
En palabras de Javier Zabaleta, Director Gerente de ITENE:”Compatibilizar el crecimiento económico con la sostenibilidad ambiental es uno de los grandes retos a los que se enfrenta el sector del envase y embalaje. La industria del envase ha sido una de las más activas y pioneras en el desarrollo de políticas de minimización del impacto ambiental, a través de la reutilización, el reciclaje y la reducción de materiales”.
Fuente: ITENE
Inmaculada Luna
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