El packaging será responsable o no será
El sector avanza en responsabilidad social con propuestas innovadoras, como la simbiosis industrial, que da una segunda vida útil al envase y embalaje.
Las cajas de madera que transportan rodamientos de motores hasta la planta de Siemens viven una auténtica reencarnación. Al cabo de unos días, se
convierten en jaulas para la recuperación de aves en peligro de extinción en los Aiguamolls de l’Empordà (Girona). En Calaf (Barcelona), las láminas y films poliméricos que produce Melnik para terceros se transforman en envases. Pero en el proceso, el material sobrante de la plancha no se tira, se tritura y vuelve a Melnik para convertirse de nuevo en lámina.
La economía circular, en que unas empresas reutilizan los residuos de otras, avanza también en el mundo del packaging. Joan Rieradevall, experto en ecodiseño y packaging sostenible e investigador del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental (ICTA) asegura que «es uno de los sectores más activos en sostenibilidad por el estricto marco legal impuesto por las administraciones y por temas empresariales de eficiencia, reducción de costes y mejora ambiental». Para él, la multifunción es una de las tendencias que se impondrán en el futuro, además de «la desmaterialización, el uso de material reciclado o de bajo impacto y la reducción de volumen y peso del envase». Rieradevall incluso augura la pronta desaparición de los envases no biodegradables ni reciclables: «si las empresas integran el coste real del tratamiento de envases en el punto verde, el coste de no hacerlo sería más alto que el de hacerlo y, por lo tanto, las obligaría a prevenir, reciclar y reutilizar».
La legislación parece que también avanzará para eliminar los envases no sostenibles de los lineales. Un grupo de trabajo en el Senado español discute, desde el pasado octubre, cómo fomentar la introducción de envases y embalajes fabricados con materias primas sostenibles, renovables y biodegradables. A nivel europeo, el concepto de economía circular y la eficiencia del uso de los recursos son iniciativas emblemáticas que forman parte de la estrategia Europa 2020 para generar un crecimiento inteligente y sostenible.
Otras formas de responsabilidad
Aunque su relevancia es evidente, la sostenibilidad no es la única forma de responsabilidad social corporativa para el sector del envase. Existen otras formas de ser responsable como empresa y el consumidor lo valora. Según un estudio reciente de Nielsen, el 50% de los consumidores de todo el mundo están dispuestos a pagar más por productos y servicios de compañías implicadas en programas de Responsabilidad Social Corporativa, lo que supone un incremento de cinco puntos respecto al año 2011.
José Ignacio Plans es responsable de fundraising de la ong Global Humanitaria pero, durante 20 años, ha sido consultor de marketing y profesor en diversas escuelas de negocios. Para él, los beneficios empresariales de ser una compañía responsable son evidentes, «aunque en una situación de crisis económica pueda parecer extraño hablar de beneficios de la RSC en pymes». Plans cita ejemplos como una mejora del clima laboral, una mejor imagen, mayor facilidad para fidelizar clientes y más rentabilidad. Para él, una empresa es responsable si «además de obtener una rentabilidad que le permita crecer y asegurar su futuro, se preocupa de su personal, de sus proveedores, de su entorno y de la sociedad en general, lo que la hace más competitiva, más valorada y respetada en su mercado».
En este sentido, el Pack&Logistic Corner de Hispack aportará algunas pistas para que las pymes de la industria del packaging puedan implementar acciones de RSC que les reporten múltiples ventajas.