¿Qué es el «Internet de las cosas»?
Internet de las Cosas: la digitalización del mundo físico y la conectividad total entre personas y objetos
El Internet de las cosas -IoT, en sus siglas en inglés, Internet of Things, es la interconexión digital de los objetos que nos rodean a través de la Red y que permite el conocimiento del estado de dichos objetos, su posición, etc.
Para que esta interconexión funcione es necesario que cada objeto cuente con dispositivos de identificación, como las etiquetas RFDI que permiten emitir señales que se comunican con otros dispositivos.
Por ejemplo, si nuestra nevera cuenta con estos dispositivos, nos puede avisar de que se nos ha terminado la leche, o en envase inteligente del jamón cocido nos advierte de que está cercana la fecha de caducidad. Por no hablar de todas las aplicaciones médicas o deportivas que pueden tener un reloj, que controle nuestro pulso y avise a un centro de salud, o una silla de trabajo que nos avise de que debemos movernos porque hace tiempo que no nos hemos levantado…
¿Qué ventajas tiene en Internet de las cosas en la industria?
En el sector industrial, el IoT se enlaza con la denominada Industria 4.0, es decir aquella que ya está totalmente interconectada y que crea un entorno de producción dinámico.
Esta conectividad absoluta permite a la industria reducir costes, aumentar la calidad de los procesos y aumentar la fiabilidad. Gracias a estos sistemas interconectados, la producción no se detiene porque todo el almacén, por ejemplo, está monitorizado, así como la entrada de componentes o de materia prima, de tal manera que en todo momento se conoce la situación.
Este conocimiento permite flexibilizar almacenes y agiliza la fabricación, al tiempo que reduce los factores de error porque todo está parametrizado y controlado.
Además, este IoT permite contar con fábricas flexibles que reducen tiempos de espera para reparar o cambiar equipos.
Podemos poner ejemplos: Los almacenes digitalizados y con todos los elementos identificados permiten tener un control de stock. Los productos en tránsito están perfectamente identificados y se puede conocer en qué punto están. No hay margen para pérdidas o extravíos de contenedores o productos. Hay ya aplicaciones que monitorizan a las flotas de transporte y deciden de manera autónoma qué ruta es óptima para evitar atascos o para reducir el consumo de combustible…
En el mundo de la salud, ya hay aplicaciones y dispositivos que avisan a los cardiólogos si el corazón de un paciente a más de 1000 kilómetros está bien o si requiere una revisión porque emite señales que llegan a un centro de control.
El control de tráfico permite dirigir a los conductores en función del volumen de coches que hay en un sitio u otro…
En resumen, el Internet de las cosas nos permite saber la ubicación, el estado, el modo de consumo de los productos, las pérdidas y extravío y el itinerario que sigue una mercancía.
Y todo este concepto surge de la mente de Kevin Ashton, un investigador del centro Auoto-IDCenter del MIT en 1999. Desde entonces se trata de un concepto que aúna diversas disciplinas y que no ha parado de desarrollarse. De hecho se estima que en el próximo año 2020 habrá entre 22.000 y 50.000 millones de dispositivos interconectados.
Que nuestra nevera nos mande un aviso…será parte de nuestros mensajes diarios.
Fuentes: Wikipedia – El Internet de las Cosas